¿Cuál es el mejor navegador web?

Hoy en día es muy complicado navegar cómodamente por Internet. Cada vez se nos ofrecen más maneras de ingresar, complementos que instalar y páginas que visitar; son tantas las opciones que abruman. Por esto decidí hacer una recopilación de mis opiniones sobre múltiples navegadores, para que no tengas que probar tantos.

Contrastaré las diferentes opciones que tenemos para navegar en términos de características y funciones. Creo que las cualidades más importantes a considerar son:

  • Privacidad: Que tanto protege mi identidad en la red (¿Hace conexiones sin mi permiso?, ¿Guarda información privada sobre mí?, etc.).
  • Seguridad: Que tan protegido estoy al usarlo (Vulnerabilidades actuales, estado del desarrollo, problemas arreglados, etc.).
  • Estética: El diseño gráfico del navegador.
  • Disponibilidad: Disponibilidad en otras plataformas (Android, IOS, Linux, etc.).
  • Buen rendimiento: Que tan veloz es y cuántos recursos ocupa.
  • Facilidad de uso: Accesibilidad general (Que tan sencillo es usarlo).
  • Simplicidad de configuración y migración: Que tan sencillo resulta modificar las opciones del navegador y trasladarlas a más dispositivos (Capacidad de guardar la configuración en un archivo portable, función de sincronización entre diferentes dispositivos, etc.).
  • Personalizable: Opciones incluidas en el navegador para configurarlo al gusto.

Es claro que no se pueden tener todas estas propiedades en una misma aplicación al mismo tiempo, el balance es ideal.

Chrome y Chromium

Logo de Chromium Logotipo de chromium junto con el de chrome

Comienzo con el navegador más famoso de la actualidad: Chrome. Lanzado en 2008 se hizo popular para mediados de la década pasada por ser un navegador desarrollado e impulsado por Google. Lamentablemente sus usuarios no cuentan con privacidad y por lo mismo no lo he usado desde hace mucho tiempo. Debido a esto me concentraré en su base: Chromium, que es el mismo navegador, solo que más privado y sin ciertos componentes de la empresa desarrolladora, aunque si quieres máxima privacidad recomiendo Ungoogled-Chromium que es el mismo, pero sin ninguna dependencia a servicios de Google.

La seguridad de Chromium es bastante buena. La ventaja con la que cuenta es ser un producto de una de las empresas más grandes del mundo, lo que le garantiza actualizaciones constantes de seguridad y soporte, aunque siempre se encontrarán más vulnerabilidades que en otros navegadores por su misma popularidad.

Es un programa que luce muy bien. Puedes elegir entre varios temas, cambiar el fondo de las pestañas e incluso hacer que los colores del navegador sigan el tema de tu sistema operativo. Realizar todo esto es muy sencillo, no requiere de navegar a complicados menús, solo hace falta un ‘click’ en el icono de pluma en una pestaña vacía para comenzar a personalizar la aplicación al gusto.

En general, es muy sencillo realizar cambios dentro de la configuración, pero no cuenta con tantas opciones que cambiar (al menos en su modo predeterminado). También es simple respaldar la configuración por medio de una cuenta de Google, aunque es mejor hacerlo manualmente.

Entre sus funciones destacadas se encuentran: el sistema de perfiles y capacidad de usar ‘chromecast’. Chromium no tiene tantas funciones instaladas como su versión famosa y por lo mismo se desempeña mejor que su contratarte en mis equipos.

El navegador no está disponible para IOS y Chrome tiene sus particularidades en esta plataforma. Sí está disponible para Android, sin embargo tendrás que compilarlo tú mismo, no lo encontrarás en tiendas de aplicaciones.

Chromium no es un mal navegador: es seguro, personalizable, fácil de usar y rápido. Su problema radica en que no es ni el más seguro, ni rápido de los navegadores que revisaremos a lo largo del artículo. A pesar de esto sigue siendo una gran opción.

Brave

Logo de Brave

Brave es un navegador relativamente nuevo (lanzado en 2016), basado en Chrome, que se promociona como una alternativa a éste. Su principal enfoque es la privacidad, según la mercadotecnia, pero en práctica no nos proporciona tanta como otros navegadores (o mejor dicho extensiones de otros navegadores). Ya se ha hablado muchos sobre estos aspectos de Brave, por lo que no redundare en esto.

Su seguridad es muy similar a la de Chrome, ya que es un ‘fork’ de éste (se basan en el mismo código). Por lo que he encontrado no se han hallado vulnerabilidades especialmente desastrosas en el navegador (sin embargo las controversias no han faltado), por lo que diría que es bastante seguro, o, al menos, igual que Chromium.

Se ve muy bien. El tema del navegador se adapta automáticamente al de tu computadora. Las pestañas nuevas tienen muchas opciones de personalización: puedes cambiar su fondo, las páginas más visitadas (que aparecen a modo de tarjetas), noticias (patrocinadas), ‘widgets’ y demás.

Esta personalización se traslada también a la configuración del programa, que es extensa, pero sencilla de modificar. Puedes cambiar múltiples opciones que en otros navegadores solo se acceden a través de páginas ‘ocultas’ y no bajo la interfaz principal. Esto es un gran acierto y hace que cualquier persona se sienta en control de su navegador. Al acabar nuestra configuración podemos sincronizarla con ayuda de ‘Brave Sync’ a otra plataforma como Android, o podemos respaldarla localmente.

El desempeño del navegador me parece el correcto, no he notado algún tipo de problema en términos de rendimiento. Diría que es igual al de Chromium.

Las funciones adicionales del programa me parecen su más grande atractivo. Brave puede, sin instalar ningún complemento, entre otras muchas cosas: descargar torrents , navegar en ipfs, bloquear anuncios, apagar Javascript, administrar cookies, navegar por tor (no lo recomiendo) y mucho más. Esto sin tomar en cuenta que podemos descargar cualquier otra extensión disponible para Chrome.

Otros componentes importantes de la experiencia del navegador son: ‘Brave Rewards’, un programa que te paga con criptomonedas por ver anuncios que se muestran como notificaciones en tu computadora y ‘Brave Search’ el buscador independiente de Brave. Vale la pena decir que ‘Brave Rewards’ es una manera interesante de financiar el programa, no le tengo mucha fe al mundo de las criptomonedas, no obstante es una manera de hacer financiamiento de una forma más autónoma.

En resumen, creo que Brave es el mejor navegador que puedes usar sin necesidad de una configuración ardua y extensa. Tiene todo lo que un usuario promedio puede necesitar y más. Aún con sus controversias es un navegador que recomiendo.

Vivaldi

Logo de Vivaldi

Vivaldi es un programa moderno (lanzado en 2016, al igual que Brave) que busca ser el sucesor de otro navegador previamente popular: Opera. Personalmente sólo llegué a usar la versión para celulares de Opera: OperaMini y lo único que he escuchado de su versión de computadora son quejas por lo que no comentaré si Vivaldi lo logró superar. Al igual que Brave éste también se basa en Chromium.

En cuestión de privacidad Vivaldi no es muy bueno: hace conexiones no solicitadas y guarda un número de identificación para cada usuario que instala el programa. Lo más preocupante es que no es de código abierto por lo que no podrás compilarlo tú mismo.

El anterior punto tiene muchas repercusiones en el apartado de seguridad. Por su naturaleza los proyectos de código abierto son más seguros debido a que más personas saben que está sucediendo tras bambalinas, pero con Vivaldi únicamente los desarrolladores conocen con certeza cómo se comporta el programa. Esto puede traer tanto beneficios como problemas de seguridad, pero en mi opinión genera más problemas de los que resuelve. Por lo tanto diría que Vivaldi no es un navegador muy seguro.

En cuestión estética el navegador luce bien, aunque sus componentes gráficos(botones, entradas de texto, barras, etc.) no se acoplan al sistema operativo donde se ejecuta. Puedes personalizar Vivaldi en cualquier momento cambiando de tema, ya sea tuyo o descargado de Internet. También es posible cambiar otros elementos gráficos como el menú que aparece en las nuevas pestañas o la distribución de estas. En general su diseño es bueno, al igual que sus opciones de personalización.

Su atractivo principal es la cantidad de funciones que incluye por defecto: cliente de email, calendario, lector de RSS, bloqueador de anuncios/‘scripts’, administrador de notas, gestor de tareas y más. Estas funciones son muy interesantes, pero considero que deberían distribuirse como complementos, aunque estoy seguro de que muchas personas les sacarán mucho provecho y les darán una idea de todo lo que se puede hacer en un navegador.

Al tener tantas opciones las secciones de rendimiento y simplicidad de configuración sufren. Es abrumador tener tantas opciones para configurar y se nota un rendimiento más bajo en este navegador que los anteriormente discutidos, al menos en mis equipos.

El programa está disponible para Windows, Linux, Mac y Android. Se puede sincronizar la información entre las distintas versiones con una cuenta de Vivaldi, también podemos hacerlo manualmente de una manera relativamente sencilla.

En conclusión, Vivaldi me parece un buen navegador para usuarios poco experimentados que prefieren tener un sólo programa para consultar todo lo relacionado a la red. Para el resto de los usuarios hay mejores opciones disponibles.

Firefox y Librewolf

Logo de Librewolf Logotipo de Librewolf junto con el de Firefox

Firefox, lanzado inicialmente en 2002, fue por un tiempo uno de los navegadores más famosos y populares en la red, pero con el tiempo perdió mucha popularidad y ahora es poco usado. Su compañía desarrolladora también ha pasado por un periodo de decadencia: se ha visto envuelta en diversas controversias y ha agregado al programa base componentes cuestionables. Por estas razones y muchas otras más, grupos independientes han comenzado a desarrollar versiones alternas del programa (los llamados ‘forks’). Una en especial promete ser una versión de Firefox con todos los elementos problemáticos removidos, seguridad mejorada y complementos útiles que nos ayudan a tener una experiencia más privada en la red. Esta versión alterna se llama Librewolf, la recomiendo y me parece útil mencionarla a lo largo del segmento.

Firefox, como se imaginarán por lo ya mencionado, no es un programa muy privado, en cambio Librewolf está configurado para ser lo más privado posible de manera predeterminada. En términos de seguridad el asunto es similar, con Librewolf teniendo mejoras sobre su programa base. Otro aspecto destacable en el ámbito es que Firefox es independiente de Chrome y por lo tanto hay menos interés en desarrollar código que se aproveche de las vulnerabilidades del navegador.

En términos de aspecto la familia de navegadores tuvieron una actualización gráfica no muy favorable, que es completamente remediable mediante CSS. Cuentan con temas, al igual que los demás navegadores basados en Chromium, y muchos complementos para personalizar la apariencia del navegador, que sigue el tema de tu escritorio por defecto. Sólo tiene una falta en el apartado gráfico: no se puede cambiar el fondo de las pestañas nuevas de manera sencilla. Esta simple omisión hace que muchos usuarios casuales dejen el navegador por otros, que aparentemente, tienen más opciones de configuración.

Relacionado al anterior punto está el apartado de facilidad de uso y cabe destacarlo. Es un programa que tiene un menú robusto, pero no abrumante (como Vivaldi), que permite cambiar muchos aspectos del navegador fácilmente. Tiene varias herramientas integradas, pero no intenta ser una navaja suiza con demasiadas opciones. Esto hace que sea un navegador muy sencillo de usar y fácil de configurar. Podemos ver esta facilidad en el aspecto de respaldo, que puede llevarse a cabo por medio de una cuenta de Firefox o puede ser hecho manualmente.

En el apartado de rendimiento lo considero el mejor navegador y, al menos en mis equipos, siempre se ha comportado de mejor manera que los basados en Chromium. Gasta menos memoria(o la usa de una forma más eficiente) y su manera de manejar los perfiles de usuario me parece más eficaz. Incluso con varias extensiones el programa inicia rápidamente en mis equipos (algunos ya bastante anticuados).

El navegador base se encuentra disponible en Windows, Linux, Mac, IOS y Android, mientras que Librewolf sólo se puede descargar en sistemas operativos de computadora, aunque hay una alternativa muy buena para Android llamada Mull. Cabe destacar que en su versión de Android se pueden usar los mismos complementos que en la edición de computadora, lo que lo hace muy potente (en IOS no es posible por idiosincrasias de Apple) y atractivo.

Para cerrar, Firefox es decente y aunque Mozilla esté en decadencia y cambiando el navegador para mal considero que los desarrolladores de sus versiones alternas continuarán con el proyecto, haciendo navegadores privados, estéticos y fáciles de usar.

Otros navegadores

Hay otros navegadores menos conocidos que vale la pena mencionar. La mayoría me han parecido decentes, pero los encuentro demasiado complicados o limitados en comparación con los anteriores.

El primero de ellos es Qutebrowser: un navegador sencillo, liviano, que se presenta como una opción para entusiastas de Vim, el famoso editor de texto. Todas sus acciones se basan mas o menos en éste programa por lo que es muy rápido usarlo y si estás familiarizado con el editor te sentirás cómodo rápidamente. Lo instalé por un tiempo, pero decidí desinstalarlo después de un rato por varias razones: Primero que nada, usa QTWebEngine que es una librería que integra el motor de Chrome a QT que, a su vez, es una infraestructura (‘framework’) que sirve para desarrollar aplicaciones de escritorio. El problema, básicamente, se reduce a que no se puedan usar complementos en el navegador. Otra cuestión es su soporte de favoritos (los famosos ‘bookmarks’): se despliegan únicamente de forma alfabética y, por lo que recuerdo, no se pueden organizar en carpetas. La gota que derramo el baso fue que tuve algunos errores con su configuración y terminé perdiéndola, por lo que lo dejé de usar. Qutebrowser no es un mal navegador y lo recomiendo si te gusta Vim, sólo que te tomará mucho tiempo configurarlo y no podrás usar extensiones.

Otro navegador, que me interesó por mucho tiempo, es surf, el cual es extremadamente mínimo (ni siquiera tiene pestañas por defecto). Al mismo tiempo que descubrí éste comencé a usar dwm, pero acabó desinteresándome, así que dejé de usarlo y con ello se esfumaron mis ganas de configurar surf y hacerlo mi navegador personal. Es un proyecto muy interesante al que recomiendo echar un vistazo, sin embargo no recomiendo su uso como navegador principal.

El último navegador que quiero mencionar es Edge y sólo para pedirte que lo desinstales con uno de los muchos métodos que hay en el Internet. Es un navegador muy mediocre y te aseguro que disfrutaras usar cualquiera de los navegadores anteriormente mencionados más que él.

Conclusión

El mejor navegador web es el que se ajuste más a tus necesidades, como cualquier otra herramienta. Si eres un usuario primerizo recomiendo Firefox o Brave, por las razones previamente mencionadas. Librewolf y Qutebrowser son los navegadores que recomendaría para personas más experimentadas. Librewolf es el navegador por el que yo me he decantado y en un próximo artículo discutiré como personalizarlo para disfrutarlo al máximo.